Las organizaciones y su otro impacto en la sociedad. Opinión
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Las organizaciones
pueden ser tan viejas como las sociedades humanas, y su complejidad es tan
profunda como los mismos seres sociales, al punto que autores como Durkheim, les
hacen analogías con el organismo biológico. Desde los años sesenta se han
buscado abordar las funcionalidades y características de las organizaciones,
llegando a distintas conclusiones; y es que aproximaciones iniciales como la de
Robbins y Coulter, que definen a una organización como “un
acuerdo deliberado de personas para llevar a cabo un propósito específico”, guardan
interrelaciones complejas, que están altamente conectadas a su contemporaneidad.
Pero conforme la contemporaneidad cambia, las necesidades y exigencias de la sociedad también lo hacen, lo que da como resultado que las organizaciones, como parte importante del constructo en el que se vive, tengan que adaptarse, y adaptar sus aportaciones en el debido sentido.
El
impacto ya no sólo cae en personas con objetivos comunes que se juntan para
realizar tareas, siendo los responsables de las industrias actuales, sino en cómo
las mismas han implementado un sentido que pareciera humanístico, que toma en
cuenta sus errores pasados y busca remediarlos para ya no sólo hacer un buen
trabajo, sino que parezca también, que se está haciendo ese buen trabajo.
Ya lo mencionó Alina Segredo en su artículo “Aproximación teórica a la evolución, teorías, enfoques y características que han sustentado el desarrollo de las organizaciones”, el enfoque contemporáneo en contraposición a los enfoques anteriores (clásico, cuantitativo, conductual) que propusieron Robbins y Coulter:
“Una de las expresiones más relevantes en estos procesos es la aparición de nuevas formas de organización flexibles, que han demostrado ser más eficientes que los modelos burocráticos tradicionales” (Barba, 2000, citado en Segredo 2016)
La
flexibilidad resulta la nueva manera en que los organismos aportan algo a la
sociedad, antes era mano de obra y sus productos solamente, lo que cambia es el
valor de impacto social en uso de todas sus partes, los trabajadores han sido
los principales afectados. Después de recorrer las distintas posturas desde los
años 60, las administraciones organizacionales llegaron a la conclusión de que
la mejor manera de manejo es incluir de alguna forma todas las partes
participativas, ya sea de manera democrática o como consejero. Y si se
preguntan, ¿cómo es que se le aporta algo a la sociedad con los nuevos
principios? Pues al manejarse como un todo, se han adaptado a lo que llaman
modelo de sistemas, de una manera Wieneriana, es decir, que codifican, decodifican, y detectan ruidos,
canales y redundancias entre ellos (como institución) y los otros (sociedad
general o público objetivo).
Esta manera de acercarse de una manera más personal
con los otros, hace que ahora ya no sólo se consuman productos o servicios, sino
que se adopten ideales, se creen tendencias, que modifiquen al status quo, lo
que eventualmente cambiara las relaciones en la sociedad. Por supuesto que el
cambio puede ser mínimo, pero es existente, además, dependerá que ideologías
guíen a las organizaciones tendencias en su determinado tiempo para que haya
mayor o menor aceptación, o incluso que no haya, y quienes tengan que volver a
cambiar serán las organizaciones. Pero al tener herramientas tecnológicas necesarias
e interconectadas con sus objetivos, es casi seguro que sabrán como adaptarse,
pues ahora a la comunicación y la estrategia de mercado son algo esencial en
todas las organizaciones si quieren cumplir objetivos acertados.
Además, con este modelo flexible, ha sucedido
otro acontecimiento significativo para el control y manejo de las organizaciones,
se ha llegado a un empoderamiento simbólico, tanto para los integrantes
trabajadores, como los externos a las organizaciones. El primero sirve como
incentivo positivo para una mejor calidad de trabajo, y el segundo es una forma
de controlar el mercado.
Podría decirse que el status quo del trabajo
dentro de las organizaciones ya ha cambiado, puesto que el enterarse ahora de escándalos
de malas condiciones de trabajo solo para cumplir con objetivos organizacionales,
resulta en respuestas negativas por parte de los externos, lo cual hace que se juegue
en contra el antes mencionado empoderamiento.
Realmente todo este panorama contemporáneo, no es otra cosa que un juego de poder y posicionamiento, apoyado por las tecnologías actuales, donde las organizaciones fungen con el poder de consumo en el mercado, para las cuales han tenido que crear nuevos puestos y no dejar de lado ninguno de sus componentes, pero como todo aspecto social, debe ser dinámico, pues cuando una organización se estanca en el funcionamiento que tiene para los sujetos de la comunidad, desaparece y es remplazado, por lo que su impacto no es desmesurado, pero tampoco es fácil de controlar.
Segredo, A (octubre-diciembre, 2016) Aproximación teórica a la evolución, teorías, enfoques y características que han sustentado el desarrollo de las organizaciones. Revista Cubana Salud Pública vol.42 no.4. Ciudad de La Habana.
Segredo, A (2015, 9 de septiembre) Desarrollo organizacional. Una mirada desde el ámbito académico. ELSEVIER
Villagómez, E. (2020) Las teorías funcionalistas en las organizaciones y la sociedad. Unidad 01 [Presentación en diapositivas] Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Consultado 28 de agosto de 2020.
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